En el marco de las acciones que lleva adelante el municipio en forma periódica, enmarcadas en el Plan Cuidar, unas 2.000 personas mayores se sumaron a las jornadas de cierre de las propuestas socioeducativas y recreativas que se desarrollaron entre el miércoles 16 y el viernes 25 de noviembre, y posibilitaron el encuentro entre pares para aprender, divertirse y reforzar vínculos sociales.

Los Centros de Actividades Integrales para Adultas y Adultos Mayores (CAIAM) tuvieron sus jornadas de festejo en cada uno de los distritos de la ciudad, en tanto, la Escuela Municipal de Gerontología ‘Dr. Marcos Berezovsky’, realizó su histórica muestra de talleres y cursos, en las instalaciones del sindicato Luz y Fuerza.

A lo largo del año, tanto en la Escuela Municipal de Gerontología como en los CAIAM (que se emplazan en clubes, polideportivos y asociaciones de colectividades en los diferentes distritos), se promueve el envejecimiento activo, la educación permanente y la construcción de lugares de participación para el desarrollo de vínculos sociales a través de la actividad física, las actividades culturales, educativas y recreativas.

En relación a las diversas propuestas que el municipio pone a disposición de las y los adultos mayores de Rosario, el subsecretario de Desarrollo Humano, Lucas Raspall, expresó: “Cada espacio que ofrecemos a las personas mayores tiene por objetivo seguir acompañando la construcción de vidas plenas de sentido, sin importar la edad, poniendo en valor los recorridos, tan diversos, de cada adulto y adulta mayor”.

La directora de Adultas y Adultos Mayores del municipio, Sonnia Mansilla, valoró el aporte que estos espacios tienen para quienes se suman cada año: “En esta etapa de la vida en la que nos encontramos con el tiempo libre, con duelos, con enfermedades y todo lo que sucede en este momento, pero en la que también nos encontramos con la posibilidad del disfrute y del vínculo, todos esos espacios tienen ese objetivo, que es encontrarnos, saber que estamos vivos y que lo que estemos pasando no tiene que ser un impedimento para seguir viviendo”.

Asimismo, destacó que las propuestas están planificadas no solo con el objetivo de ser una diversión o un pasatiempo, sino que se orientan al desarrollo y estimulación integral de facultades propias de esta etapa vital. “Lo que hacemos no solo apunta a lo recreativo sino que, además, contribuye a estimular procesos necesarios, como las funciones cognitivas, vinculares y de aptitudes físicas”, expresó Mansilla.

“Nos alegra llegar a estos espacios llenos de gente contenta con lo que hace”, remarcó la funcionaria, y agregó: “Esperamos que más gente pueda sumarse a estos espacios que son totalmente gratuitos para hacer de Rosario una ciudad mucho más inclusiva para las personas mayores”.

Voces de la experiencia

Cada uno de los espacios recreativos y socioeducativos que sostiene la Dirección de Adultas y Adultos Mayores congrega a numerosas personas mayores que encuentran ahí un espacio de contención, de distensión y afecto, donde construyen lazos y viven experiencias que generan una mejora en su calidad de vida.

Martín López, participa del CAIAM que funciona en bulevar Avellaneda 332, y comparte su mirada sobre “el lindo grupo” que formaron con sus compañeros y compañeras: “Yo, con mis 90 años, me siento rejuvenecido porque los compañeros te alientan, te ayudan”, y agregó: “Es una forma de mantener la mente bien despierta, que a nuestra edad es muy importante”.

Por su parte, Graciela, una de las personas que asistió durante el presente año al CAIAM del Club Servando Bayo, agradeció a los profesores, al club y al municipio por sostener estos espacios que “nos hacen distraer, aprender y conocer gente nueva”. Asimismo, valoró la importancia de contar con estos espacios de encuentro tras vivir el período de aislamiento que conllevó la pandemia: “Los adultos mayores pasamos demasiado tiempo encerrados y esto es maravilloso para nosotros”.

María Del Dono asiste a los talleres de la Escuela de Gerontología desde el año 2018, cuando se sumó al espacio de teatro. “La verdad es que me hizo muy bien porque yo soy muy tímida y por ese motivo tenía muchos problemas de salud y esto me abrió un montón de oportunidades. Lamentablemente, ahora Teatro no lo puedo hacer porque tengo problemas en la garganta y me quedo muda, pero igualmente le agradezco la oportunidad que me dio de conocer este espacio”, comenta María, que este año pudo participar del taller de Folclore y Expresión Corporal.

Liliana Ferrari también participa de las propuestas de la escuela, y se sumó con mucho interés al taller literario y comparte su experiencia de aprendizaje: “Al principio yo me sentía frustrada porque hacía años que me había jubilado y no había vuelto a escribir y esta situación me empujó a llegar al taller. Ahí me encontré con un montón de compañeras que también atravesaban distintas situaciones y a través de las lecturas y de las experiencias diarias, conformamos un muy lindo grupo donde comenzamos a conocernos, a soltarnos, a escribir, a volar y, realmente, me sentí muy feliz”.

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